Por: Maria Gabriela Peralta Taveras 4to B Mercadeo Tor 5
“Gaspar Ruiz: patrón de honestidad para los jóvenes del siglo XXI”.
El hombre no se está dando cuenta del desastre que está cultivando en el mundo poniendo en práctica y apoyando las malas actitudes que presenciamos día a día, haciendo creer a los demás que no tenemos conocimiento de lo dañinas que son. Luego, demuestran el atrevimiento de tener la intención de culpar a otro, olvidándose de esto, sin prestarle atención, esperando que van a caer de la nada o del cielo las soluciones a estos problemas y se arreglará todo como si ellos no tuviesen que ver con lo ocurrido. Pero como dicen por ahí, con esto solo alcanzarán echar más leña al fuego, porque ningún disgusto o problema que ha acontecido en la historia, se ha solucionado con la ignorancia de este, por lo que tenemos que entender que todo se soluciona, con disposición de mejorar, con ideología de cambio, y sin más preámbulo con hechos que siempre nos dirigirán a la victoria o triunfo. Simplemente, primero se necesita una buena documentación acerca de estos problemas en un lugar o en lugares en donde se tenga una nueva y mejorada visión de la vida, para luego hacer el planteamiento de las ideas que nos dirigirán al éxito, que más tarde serán puestas en práctica por nosotros mismos. Por eso es indispensable dar a comprender a toda nación lo importante que es ser una comunidad progresista o positiva, por lo que pongo de manifiesto: “Gaspar Ruiz: patrón de honestidad para los jóvenes del siglo XXI”.
Un valor es aquella escala ética y moral que el individuo posee a la hora de actuar y que perfecciona al que lo posee, es algo valioso que lo enriquece que nos permiten orientar nuestro comportamiento en función de realizarnos como personas. Son creencias fundamentales que nos ayudan a preferir, apreciar y elegir unas cosas en lugar de otras, o un comportamiento en lugar de otro y son fuente de satisfacción y plenitud pues, el hombre lo busca porque para él representa algo que lo va a hacer mejor ó le va a dar más. Un valor imprescindible de poner en práctica es la honestidad que se basa en ser y actuar tal como uno es, siente o piensa de alguna cosa, dejando a un lado todo tipo de engaños o mentiras que existen de ello. Así, una persona considerada honesta o sincera es una persona que actúa y se comunica con las personas cercanas, familia y amigos de manera verdadera y positiva, sin mentir y sin decir falsedades para solo agradar o caer bien, sin pensar que no está demostrando quién es realmente. Entonces, la ausencia de esta solo nos mantendrá envueltos en un mundo irreal y no tendremos lo que en verdad es lo que nos corresponde a cada uno, algo que se nos es asignado por el mismo creador: la vida misma.
En su libro “Gaspar Ruiz”, Joseph Conrad presenta al mismo como una persona, que hablando en términos morales, es un vivo ejemplo de cómo influye este valor en la personalidad del ser humano, mostrando a una persona realista, que expresaba sin temor lo que pensaba y sentía, sin miedo a ser condenado a muerte por simplemente ser honesto. Gaspar Ruiz estaba siendo acusado de desertor o traidor solo porque él no soportaba congeniar con la ley del rey de España, pues había identificado las desventajas de este gobierno y por la misma razón no podía esperarle otra cosa más que la de ser fusilado. Pero, ¿por qué querer matar a un hombre que solo estaba actuando como enemigo de la hipocresía? cada ser humano tiene derecho a expresarse y a dar a conocer cuando no está de acuerdo con una acción o idea y a diferencia de los demás, él y un grupo de independentistas, quería arrebatar al gobierno español aquello que no les pertenecía. Sin embargo, a pesar de ser condenado, busco la manera de no dejar atrás el demostrar lo humilde y sincero que era, como lo tenían en su pensar sus padres: “Había sido un buen hijo por la dulzura de su carácter y el vigor de sus brazos. La ventaja práctica de esto último era para su padre más apreciada aun, merced a la gran docilidad del muchacho. Gaspar Ruiz era un alma dúctil” (Conrad, 2001, p.21). Algo muy claro que debemos de tener, es que Gaspar trataba de ser y era en todo momento una persona dócil, sincera, que solo buscaba sacar la verdad a flote donde todos puedan verla y atesorarla así como él lo hacía.
Adaptando estas actitudes de tan fornido personaje a nuestro presente, podemos reconocer que la juventud de hoy no toma para sí misma estos valores, que de una manera u otra, ayudan al crecimiento personal de los mismos y por ende al crecimiento de la misma sociedad. Sin lugar a dudas, los adolescentes y jóvenes modernos por la gran distorsión que ah causado la tecnología del concepto de resguardar los valores, no son capaces de preocuparse por mantenerlos presentes en cada una de sus acciones y en muchos casos lo saben pero ignoran la idea de ejecutarlos. La vida tan acelerada que llevamos nos lleva a un cambio drástico dentro de los mismos: “La mayoría de los jóvenes tienen en común la misma respuesta al escuchar la pregunta ¿Cómo son los jóvenes de ahora? La mayoría dice que son más actualizados, más creativos, con más oportunidades de seguir adelante y lo más importante y somos únicos originales y nos podemos adaptar a cualquier espacio. Pero, en realidad esto es lo que queremos decir; pues no, la verdadera respuesta seria que tenemos una gran crisis de autenticidad, valores y principios” (Falta de identidad (2011). http://www.vjcl.net/eliana-eugenia/falta-ident.html). Esta falta de principios es una de las grandes causas de que nuestra sociedad no pueda ser justa y comprometedora con lo que hace pues, no es entendido que cada compromiso tiene su límite y fecha de llegada o entrega, a cada persona se le devuelve con la misma moneda: si respetas a los demás te respetarán, si eres honesto con los demás, ellos serán honestos contigo. Hoy no se acogen estas cosas pues, estamos viviendo en un mundo en donde se está sembrando hombres y mujeres deshonrados, inservibles y sobre todo hipócritas, propagadores de la misma mentira por lo que cultivaremos frutos secos y amargos.
En conclusión, en la vida existen muchas cosas de vital importancia y los valores son una de estas, porque sin estos no lograremos la sociedad que anhelamos con futuros emprendedores, luchadores y forjadores de paz por y para el mismo mundo en general. Nuestra meta es que los jóvenes, niños y toda la sociedad en general, trabajen honestamente por la verdad, y que entiendan que la sinceridad no se limita a no decir mentiras, sino que abarca todos los aspectos de la vida, tanto externos con palabras y acciones, como internos con intenciones, pensamientos y actitudes. Debemos comprender que no ganamos nada engañando a los demás por que el daño nos los hacemos nosotros mismos y a nuestras familias, y que la honestidad nos ayudara a corregir nuestros errores y a ser mejores personas. Por consiguiente, si no hacemos una impronta de ésta, no podemos esperar que podamos recibirla a cambio ni recibir lo que nos corresponde en el día y la hora que debería ser, así como los demás valores que se derivan de ella. Es indispensable entender que es necesaria para la vida y la realización personal de todo ser humano y por lo tanto, tenemos que empezar a crear conciencia para así comenzar a formar nuestra tan anhelada sociedad que esperamos para nuestros futuros hijos por eso pongo de manifiesto: “Gaspar Ruiz: patrón de honestidad para los jóvenes del siglo XXI”.