La tuna, osea el árbol, creció seco, inmediatamente le crecía una hoja se le caía. Esto se debía al terrible y oscuro corazón que tuvo siendo humano. Todos los días venia un perro para hacer sus necesidades en sus raíces. Pero un di, la tuna se desespero y cuando el perro, fue a la misma hora de siempre, este dejo caer una rama en su cabeza. Desde entonces nadie se acerca al árbol, pues su corteza es dura y su interior polvo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario